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¿Quién Mató a Barbarita?

April 07, 2021 Armando Torres / Arlin Molina Season 1 Episode 46
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¿Quién Mató a Barbarita?
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El 8 de junio de 1997 el cuerpo sin vida de una niña fue encontrado en el área de unas piscinas abandonadas en el complejo deportivo del Escambrón en San Juan Puerto Rico. A pesar de haber acusado a dos hombres por este cruel asesinato el caso nunca fue esclarecido. Una testigo de los hechos nos cuenta cual fue su experiencia y más de 20 años después todavía tiene esperanzas de que la persona responsable pague por el crimen.

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Música de fondo: 'Dreams Never Die' by Daniel Birch

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https://apnews.com/article/11f1f432abeb92d0750bf44169b68ef4

https://www.orlandosentinel.com/news/os-xpm-1998-11-23-9811220550-story.html

https://www.orlandosentinel.com/news/os-xpm-1997-06-23-9706230080-story.html

http://www.puertadetierra.info/noticias/1997.htm

https://www.facebook.com/960630294015669/posts/3431603666918307/

99 DTS 150 PUEBLO V. ORTIZ 99TSPR150

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Saludos espero que se encuentren bien, recientemente se discute en la prensa y a través de todas las redes sociales el asunto del hotel Normandie y se debate si se debe demoler o si se debe restaurar. Ciertamente este podcast no va a entrar en esa polémica sin embargo en el 1997, muy cerca de ese lugar ocurrió uno de los crímenes más crueles que yo recuerdo. El cuerpo sin vida de una niña fue encontrado en el área de unas piscinas abandonadas en el complejo deportivo del Escambrón que había sido utilizado para los juegos panamericanos del 1979.

El 8 de junio de 1997 una niña de tan solo 7 años se separó por un momento de su familia mientras pasaban un día de playa en el área del Escambrón, que ubica a la entrada del Viejo San Juan. Los familiares en su desesperación pensaron que la niña se había ahogado y la buscaron frenéticamente en el agua, pero lamentablemente no la encontraron. Todo el mundo pensó que la niña se había ahogado y aunque ciertamente esto es de por si una terrible tragedia, no se podía comparar con lo que realmente le había ocurrido a la niña llamada Lilliana Bárbara Cepeda a quien de cariño le decían Barbarita.

Al otro día el cuerpo de la niña fue encontrado en el sótano de un edificio abandonado cerca de la playa. Un examen preliminar sugirió que la niña había sido abusada sexualmente, golpeada y asesinada.

El pueblo de Puerto Rico se llenó de indignación al escuchar esta noticia a tal punto que la policía temía que la propia gente comenzara a tomar la justicia en sus propias manos. 

Algunos rumores comenzaron a surgir de inmediato. Se llegó a especular que personas sin hogar o adictos, quienes a veces utilizaban el lugar como refugio u hospitalillo, pudiesen tener algo que ver con este crimen. 

Ante estos rumores el propio superintendente de la policía, Pedro Toledo tuvo que pedirle al pueblo que no agredieran a las personas sin techo ni a los adictos del área.

Pocos días después, por alguna razón, el superintendente de la policía convocó una conferencia de prensa en donde cambió su versión y anunció que Barbarita había muerto de manera accidental.

Según esta nueva versión de los hechos, su hermano de 11 años vio cuando la niña cayó por accidente al sótano del edificio y trató de reanimarla sin éxito. El niño sintió temor de que lo culparan a él por la muerte de su hermana y le dijo a la policía que su hermana había sido secuestrada por un hombre desconocido quien la llamó alejándola de su familia.

La explicación que se dio en ese entonces sobre los golpes que presentaba la niña era que los mismo fueron ocasionados por la misma caída y por su hermano cuando intentaba sacarla del lugar.

Sobre el supuesto abuso sexual que se dijo al principio Pedro Toledo indicó que el informe en ese momento había sido "preliminar" y que no había pruebas suficientes para demostrar que la niña había sido abusada sexualmente.

Aunque parezca mentira el superintendente dijo en otra ocasión más adelante que pudo haber sido malinterpretado mal cuando dijo que la muerte había sido accidental y que no se descartaban otros ángulos

El periódico The San Juan Star reportó en aquel entonces que la investigación se estaba centrando en el hermano de la niña.

La policía continuaba su investigación y según ellos el hermano de Barbarita había dado versiones contradictorias de lo ocurrido. En ese momento se llegó a asignar a un defensor de menores de la Fiscalía de San Juan para investigar el asunto. Cabe señalar que esto solo se hacía cuando un menor de edad era sospechoso de un delito. Sin embargo, la policía nunca dijo que el niño era sospechoso de la muerte de su hermana. 

La indignación del pueblo seguía creciendo y las contradicciones de las agencias que investigaban el crimen en lugar de calmar a las personas creaban más desesperación y más coraje. 

La asociación ÑETA que es grupo organizado de convictos amenazó con encontrar y matar al responsable de la muerte de la niña. 

En una ocasión la policía arrestó a un hombre para interrogarlo y un grupo de ciudadanos molestos comenzaron a golpear el auto en donde lo transportaban y le lanzaron amenazas de muerte.

Muchas cosas extrañas seguían pasando con este caso. En una ocasión la policía divulgó un boceto de un posible sospechoso lo que provocó cientos de llamadas de personas que aseguraban saber quién era el asesino. 

Debido a que estas confidencias no llevaron a nada concreto, la policía dio a entender que posiblemente se trataba de otro hombre que casualmente hablaba con su hija en la playa ese mismo día y quien era muy parecida a la niña Barbarita

Un año más tarde, el caso dio otro giro inesperado. 

La policía arrestó a José Luis Ortiz Vega, el hombre que vivía con la madre de Barbarita en el momento de su muerte y a un supuesto cómplice del crimen que en el momento era un menor de edad llamado Eugenio Rodríguez Galindo.

La policía indicó que los dos sospechosos mataron a la niña golpeándola y estrangulándola. El superintendente Pedro Toledo dijo entonces que José Luis Ortiz buscaba vengarse de la madre de Barbarita porque pensaba que ella lo había contagiado con el virus del SIDA.

El 16 de noviembre de 1998. José Luis Ortiz Vega y Eugenio Rodríguez Galindo fueron formalmente acusados. Según la acusación oficial el 8 de junio de 1997 los dos sujetos secuestraron y asesinaron a la niña Barbarita en los predios del complejo recreativo El Escambrón en San Juan.

Un mes más tarde, se celebró la vista preliminar y se les determinó causa probable para juicio por los delitos de asesinato en primer grado, secuestro y violación a la Ley de Armas.  

La determinación de causa estaba basada en el testimonio del único testigo de los hechos, Eliezer Santana Báez conocido como “Mala Muerte.” Eliezer testificó que él había sido testigo de parte de los hechos ocurridos el 8 de junio de 1997 en el área del Escambrón.

En el momento de su testimonio Eliezer Santana se encontraba recluido en una institución juvenil.  Estando en la institución juvenil Eliezer les dijo a las autoridades que Eugenio Rodríguez, a quien conocía muy bien, le había admitido que él y José Luis Ortiz habían matado a Barbarita.  Según su versión él no participó directamente en el secuestro ni en el asesinato de la niña. Sólo conocía los hechos porque Eugenio se lo había confesado.

El 14 de enero de 1999 se celebró la vista de lectura de acusación en contra de José Luis Vega y de Eugenio Rodríguez. Luego de la lectura de acusación comenzó el descubrimiento de prueba, que es el intercambio de documentos entre la fiscalía y la defensa en el cual las partes dejan saber la evidencia que estarán utilizando durante el juicio. 

Antes del descubrimiento de prueba la defensa de los acusados había obtenido unos informes policiacos y una grabación en la cual Eliezer Santana se retractaba de lo que había testificado originalmente. Según estos estos informes y según la grabación, antes de celebrarse la vista preliminar Eliezer había declarado varias veces que no él estuvo presente en el lugar de los hechos. También declaró que los agentes del Cuerpo de Investigaciones Criminales le habían obligado a mentir sobre los hechos.

Antes de la vista preliminar Eliezer Santana había sido sometido a un examen de polígrafo para corroborar la veracidad de su testimonio. El poli grafista rindió un informe al C.I.C. concluyendo que en su opinión Eliezer había mentido.

Luego de esto, dos fiscales le tomaron una declaración jurada a Eliezer en la cual ofreció otra versión de los hechos.  En esta declaración Eliezer aseguraba que conocía personalmente a Eugenio Rodríguez, ya que según él en varias ocasiones habían cometido robos juntos, habían usado marihuana y heroína y además se habían prostituido para conseguir dinero. Según esta nueva versión el 8 de junio de 1997 él estaba con Eugenio en el Escambrón cuando éste secuestró a la niña y la golpeó en la cabeza, entonces luego apareció José Luis Ortiz y junto con Eugenio escondieron a la niña, que estaba inconsciente, debajo de unos árboles de uvas playeras que había en el área. Entonces en ese momento él se fue del lugar y al otro día Eugenio le contó que la niña se había despertado mientras José Luis Ortiz la violaba y debido a esto decidieron matarla.

Luego de prestar su declaración jurada Eliezer fue llevado hasta el Albergue para Protección de Víctimas y Testigos ya que él temía por su vida en la institución donde se encontraba recluido.

El 27 de noviembre de 1998 Eliezer Santana se fugó del Albergue, pero fue arrestado al otro día.  Uno de los agentes del Negociado de Investigaciones Criminales que arrestó a Eliezer preparó un informe de incidencias en el cual relataba que Eliezer le había manifestado que nunca presenció el secuestro de la niña y que había mentido en la declaración jurada cuando dijo que estuvo presente en el lugar de los hechos, porque supuestamente agentes del C.I.C. le habían pedido que dijera que estuvo presente el lugar de los hechos para darle más peso a su testimonio.  Este informe fue entregado al Fiscal Edwin Vázquez el 2 de diciembre de 1998, antes de la vista preliminar.

Luego de esto Eliezer Santana grabó otra declaración estando en el Albergue en donde negaba nuevamente haber participado en los hechos y dijo otra vez que solo tenía conocimiento de lo sucedido porque Eugenio Rodríguez se lo había contado.  Eliezer Santana declaró además en la grabación que hizo desde el albergue que mientras estaba recluido en la institución juvenil, un agente del C.I.C. le aconsejó que dijera que estuvo presente durante el secuestro de la niña, para que así ellos lo pudiesen sacar de la cárcel donde se encontraba porque allí corría peligro.  Eliezer sabía que allí lo querían matar por haber dicho que conocía a uno de los que habían asesinado a Barbarita. Debido a esto tuvo que acceder a la propuesta del agente del C.I.C., para que así lo trasladaran a un lugar más seguro.

Los informes y las grabaciones hechas por los agentes del CIC no fueron entregados a los abogados de los acusados antes de la vista preliminar en la cual se encontró causa probable para acusarlos por el secuestro y la muerte de Barbarita.  ampoco se les entregó copia de los resultados de la prueba de polígrafo que le realizaron a Eliezer.  Debido a esto la defensa de José Luis Ortiz y de Eugenio Rodríguez, la cual estaba compuesta por los licenciados Ángel M. González, Roberto Alonso Santiago y Thomas Rivera Schatz, acudió ante el Tribunal de Apelaciones alegando que si hubiesen tenido dichos informes y la cinta de grabación hubiesen podido entonces cuestionar efectivamente la credibilidad del testigo debido a las contradicciones de sus testimonios y que muy seguramente se hubiese determinado que no existía causa probable para juicio en su contra. La defensa de los acusados también argumentó que la ocultación de evidencia exculpatoria era una violación al debido proceso de ley.

El Estado por su parte alegó que la defensa sólo tenía derecho a recibir la supuesta evidencia exculpatoria luego de haberse presentado la acusación correspondiente. En otras palabras, que tenían derecho a tenerla para prepararse para el juicio pero que no tienen tal derecho antes de la vista preliminar.

El Tribunal de Apelaciones le dio la razón al Ministerio Público por lo que la defensa acudió ante el Tribunal Supremo de Puerto Rico. 

El Tribunal Supremo resolvió que el Ministerio Público tenía el deber de entregarle a los abogados copias de los informes y la cinta de grabación que contenía los testimonios de Eliezer Santana con suficiente tiempo para que ellos pudiesen contrainterrogar efectivamente al testigo.

El caso se devolvió al Tribunal de Primera Instancia para que se reiniciara el proceso en contra de los acusados sin embargo debido a que pasaron más de 6 meses sin que se les celebrara juicio, ambos acusados fueron puestos en libertad.

Poco tiempo después de su liberación José Luis Ortiz falleció y aunque se especula que murió a causa de complicaciones relacionadas al virus del SIDA no pude encontrar información que validara este dato. 

Buscando información de este caso me topé con el testimonio de la Sra. Arlin Molina en la página de Facebook del Investigador Privado Fernando Fernández. Como yo había compartido en una ocasión en el podcast de Fernando llamado Primero Los Hechos, me puse en contacto con él y pude conseguir a la Sra. Arlin Molina para hablar brevemente de este caso. Quiero que escuchen de su propia voz lo que me dijo ella de su experiencia con el caso de la niña Barbarita.