Crimepod Puerto Rico

Infierno en Año Nuevo

November 18, 2020 Armando Torres Season 1 Episode 26
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En este episodio narro los hechos que ocurrieron el 1ero de enero del 2011 en el municipio de Florida, Puerto Rico. Una fiesta de año nuevo que se convirtió en un verdadero infierno y en una de las masacres más terribles jamás perpetradas en nuestra isla.

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Música de fondo: "Hidden Truth" Rafael Crux

Audio: Primera Hora


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Saludos espero que se encuentren bien, el 2011 fue el año más violento en la historia moderna de Puerto Rico. Ese año ocurrieron 10 masacres, o sea, eventos en donde fueron asesinadas 3 o más personas. El 1ero de enero o el día de año nuevo, muchas familias se reúnen, hacen una comida navideña, se dan sus palitos de caña, juegan dominó, escuchan música, en fin, comparten un rato agradable con sus amistades o seres queridos. El 1ero de enero del 2011 Justino Sánchez planificó una fiesta de año nuevo para su familia extendida sin embargo ninguno de los invitados se podía imaginar la sorpresa que el anfitrión les tenía preparada. 

Justino Sánchez Díaz era un hombre de 45 años de edad que vivía en el barrio La Maldonado del pueblo de Florida en Puerto Rico. Aunque Justino al que apodaban “Tinito” o “Bartolo” no tenía expediente siquiátrico, algunas personas que lo conocían dicen que siempre demostró un comportamiento raro. Según el testimonio de algunos vecinos, Justino nunca se casó, nunca se le conoció alguna novia, era muy callado y reservado. Esto de por sí no me parece algo tan preocupante sin embargo un familiar de Justino cuenta que cuando vivían en el residencial Llorens Torres en San Juan, Justino se vistió de blanco, se puso un yugo en los hombros como los que se les ponen a los bueyes para el arado y caminó desde Llorens Torres hasta el Escambrón a pie. En el momento de los hechos que les voy a contar en el día de hoy, hacía 3 años que no Justino no trabajaba y vivía del dinero que recibían sus padres del seguro social. Por alguna razón Justino estaba obsesionado con obtener la casa en la que vivía con sus padres don Justino Sánchez y doña Josefina Díaz, para poder luego venderla y convertirla en dinero. La casa de los padres de Justino tenía un valor aproximado de $200,000 y un terreno de unos 1,400 metros. Dos años antes de los hechos Justino persuadió a sus padres para que hablaran con sus tres hijos para que estos renunciaran a recibir la casa en herencia. Orlando Robles, cuñado de Justino cuenta que en una ocasión este le quemó un gallinero que tenía junto a su casa y que además chocó de maldad un vehículo nuevo que le había comprado a su hija. Aunque se hizo una querella, Don Justino transó la misma para proteger a su hijo.

A finales del año 2010 Justino Sánchez organizó una fiesta de Año Nuevo e invitó a toda su familia. Justino recibió a sus invitados muy animado y cortés. A la fiesta llegó Nydia, Carmen Luisa y Juan Ramón Díaz, hermanos de doña Josefina a eso de las 2 de la tarde. Un par de horas más tarde llegó Pedro, hermano de Justino, junto a su exesposa Nereida Vázquez y a sus tres hijos, Pamela, Patricia y Jesús. Jesús era un joven ingeniero que había llegado de Estados Unidos con su prometida Kate Donahue, una joven de la ciudad de Seattle, para que esta conociera a su familia. Casi al mismo tiempo llegó Samuel, también sobrino de Justino a la fiesta.

En la fiesta de Justino había de todo, pernil, arroz con gandules, pasteles, en fin, una fiesta típica navideña en Puerto Rico.

Los tíos de Justino comieron y se fueron a reposar, algunos en la sala y otros en el balcón de la casa mientras que Roberto y sus hijos se sentaban a la mesa. Justino les advirtió a todos que el baño que estaba al lado del comedor estaba dañado, que no se podía usar y se quedó parado casi todo el tiempo frente a la puerta de ese baño como si tratara de evitar que alguien pudiese entrar.

Unos momentos más tarde Justino Sánchez les ofreció dulces a sus invitados, le buscó una silla a Samuel para que se sentara y le dijo a su tía Nydia “Tití qué bonita es la novia de Jesús, verdad, oye pero que linda es verdad” 

En un momento dado a Don Juan, el tío de Justino, se le olvidó la advertencia que le había hecho su sobrino sobre el baño dañado e iba a entrar, pero en ese momento, Justino lo detuvo de mala manera y le recordó que el baño estaba dañado.

Algunos invitados comían y otros conversaban en la sala o en el balcón. Justino entró al baño que supuestamente estaba dañado y al poco tiempo salió cargando un tanque de 20 libras de gas propano conectado a una especie de antorcha improvisada. 

Justino comenzó a regarles combustible a los invitados, de forma similar a como hace un cura con el agua bendita, y luego con un encendedor prendió la antorcha que se convirtió en una especie de lanza llamas casero. Justino comenzó a lanzarles fuego a sus invitados que estaban sentados en la mesa y a los que estaban en la sala. Hubo una especie de explosión y la llama de fuego subió hasta el techo del comedor. Justino continuaba quemando todo lo que podía con su lanza llamas improvisado.

Según cuenta Don Juan luego de la explosión comenzó a escuchar los gritos de auxilio de los quemados, quienes estaban arropados por las llamas y por una espesa nube de humo.

De inmediato entró a la casa en busca de su esposa, quien se encontraba en la sala y observó

Que Pamela, Patricia y Kate salieron gritando, quemadas, sin pelo y desnudas porque el fuego era de tal magnitud que les había quemado la ropa. Don Juan cuenta que Patricia cayó cerca de él y entonces le tiró una toalla húmeda que buscó para apagar el fuego.

La mayoría de las víctimas de este ataque salieron corriendo hasta el frente a la casa, gritando y pidiendo auxilio. Algunos vecinos le tiraban agua para tratar de apagar el fuego.

Un vecino del barrio llamado William le contó a un reportero de El Nuevo Día que vio que las víctimas del fuego, estaban quemadas y desnudas, gritando y retorciéndose de dolor en la acera frente a la casa y cuando los vecinos les tiraban agua con una manguera la piel se les desprendía. Dijo también que las mujeres estaban calvas y desfiguradas por el fuego y cuando entró en la casa había una especie de calavera dibujada por el humo en la pared.

Don Juan por su parte cuenta que vio que Samuel, Kate y Nereida estaban bien quemados. Nereida le pidió a Don Juan que le trajera clara de huevo para las quemaduras entonces Don Juan buscó un cartón de huevos en la casa de un de vecino y le puso clara de huevo en las quemaduras.

Yo nunca había escuchado nunca sobre ponerle clara de huevo a las quemaduras y al buscar información sobre este remedio casero encontré que no se recomienda esta práctica porque puede ocasionar infecciones y evitar que las heridas curen con rapidez. 

Hasta el lugar llegaron los paramédicos y la policía de Puerto Rico. En medio de esta conmoción Justino Sánchez bajó, abrazó a su padre y se sentó debajo de una palma tranquilamente.  De pronto Patricia, una de las víctimas, lo señaló como el autor del fuego justo en el momento en que la montaban en una ambulancia y la policía procedió a arrestarlo. 

El padre de Justino sufrió un fallo cardiaco por toda esta conmoción y tuvo que ser llevado de emergencia al hospital.

En el incendio provocado por Justino Sánchez 8 de las 13 personas que compartían en la fiesta sufrieron quemaduras de diferentes grados.

Las personas que más daño sufrieron fueron la madre de Justino, Josefina Díaz, Su hermano, Pedro Sánchez, su cuñada Nereida Vázquez, sus sobrinos Jesús, Patricia y Pamela Sánchez Vázquez, su primo Samuel Molina y la novia de Jesús, Kate Donahue.

Orlando Robles Arroyo, cuñado de Justino cuenta que se salvó de la tragedia porque minutos antes se dirigió a un cajero automático a retirar dinero.

“Yo vivo al lado de la casa de Don Justino, quien es mi suegro, y cuando vi el fuego pensaba que era mi casa la que se quemaba. Me puse a despejar el camino para que pasaran las ambulancias porque había muchos curiosos”

 “Justino estaba desequilibrado y era un problemático que no le gusta ver a nadie feliz en la familia”.

“Lo que hizo es una poca vergüenza. Él no tiene ningún padecimiento mental, es un problemático. Yo lo he denunciado tres veces a la Policía por amenaza y ofensa. Yo advertí que podría ocurrir una tragedia”, 

“Los padres hablaron con mi esposa para que renunciara a la herencia. No fue una vez. Fueron varias veces. Pero eso se quedó en nada”, 

“Esa casa la hizo don Justino trabajando y sin pedirle prestado a nadie”

“Él no es un hombre loco. Él es un hombre malo. Hace tres años que no trabaja y el ocio lo fue enloqueciendo. Él nos prohibió subir a la casa porque quiso aislar a sus padres para poder manipularlos a su antojo”

“En una ocasión él quiso ser pastor de la iglesia Restauración de Bayamón, pero no sé lo que pasó. Él se levantaba a las 3:00 de la madrugada para ayunar y para ir a la iglesia. ¿Quién se iba a imaginar que esto iba a terminar así?”

“Él estaba obsesionado con la casa, deseaba tenerla para su beneficio. Él veía la casa como algo suyo”,

El 2 de enero de 2011 Samuel Molina Sánchez, de 32 años, se convirtió en la primera víctima fatal del incendio provocado por Justino Sánchez y más tarde a las 10:56 de la noche falleció Pamela Sánchez Vázquez. 

Según una fuente del periódico Primera Hora se tuvo que utilizar placas dentales para poder identificar los cadáveres debido al grave daño sufrido a causa de las quemaduras.

Al otro día, el 3 de enero falleció doña Josefina Díaz a las 8:00 de la mañana en el Centro Médico de Rio Piedras.

El 4 de enero Jesús Sánchez Vázquez, murió a las 10:00 de la noche también en el Centro Médico en Río Piedras.

El 5 de enero Kate Donahue fue trasladada de emergencia al hospital Jackson Memorial en Miami a solicitud de su familia para que recibiera atención especializada por las quemaduras sufridas en el 90% de su cuerpo. Lamentablemente el 7 de enero Kate Donahue también falleció.

Nereida Vázquez, estuvo bajo tratamiento y en estado de coma inducido sin embargo sus órganos comenzaron a fallar hasta causarle la muerte el 29 de enero a las 2:28 de la tarde.

En total 6 personas perdieron su vida luego del brutal ataque por parte de Justino Sánchez durante la fiesta de año nuevo.

El teniente Reynaldo Jiménez, director de homicidios de la región de Arecibo, dijo que cuando fueron a arrestar a Justino este se había encerrado en el baño y estaba mojado 

“Parece que no se quería quemar y por eso se mojó. Recuerdo que tenía una mirada bien intensa y una sonrisa diabólica en la boca... él lo planificó todo. 

A Justino Sánchez se le radicaron nueve cargos de intento de homicidio y fue ingresado en la cárcel de guerrero en Aguadilla.

A medida que las víctimas del incendio fueron muriendo se le fueron radicando cargos por asesinato en primer grado e incendio agravado y se le fijaron fianzas que sobrepasaron los $6 millones de dólares.

Luego de ser ingresado a la cárcel Justino fue llevado de emergencia al Hospital de Área de Arecibo, tras intentar suicidarse tomando medicamentos sin embargo no logró su objetivo.

El juicio en contra de Justino Sánchez comenzó ese mismo año. En todo momento el acusado mantuvo un lenguaje corporal inofensivo, mirando siempre al suelo. Su defensa alegó que su cliente no estaba apto para enfrentar un juicio y solicitó una evaluación psiquiátrica para su cliente. El tribunal ordenó una evaluación psiquiátrica para Justino Sánchez.

La psiquiatra del estado, Yamilka Rolón, declaró que el acusado no presentaba rasgos sicóticos o depresivos y que se mostraba alerta, cooperador, lógico y orientado. Excepto cuando se le preguntaba sobre el incendio. En esos momentos, el acusado decía que no se acordaba de lo ocurrido. La psiquiatra no le creyó a Justino cuando este decía que no se acordaba de nada y lo declaró procesable.

Pedro Sánchez, hermano de Justino testificó lo siguiente.

“Cuando me llevé a la boca un pedazo de pernil y levanté los ojos y me encontré con la mirada intensa de mi hermano mirándome y vi que tenía una flama en la punta de un palo con el que me apuntaba a mí. Todo eso pasó en dos segundos”.

“Instintivamente di un brinco y caí en la sala y de pronto sentí el sonido del fuego cuando crece, y sentí en mi brazo y en la oreja izquierda un fuerte calor, ¡pero yo quería saber de mis hijos y cuando intenté regresar a la mesa ya había una pared de humo negro que no dejaba ver nada...! Pero allí estaban mis hijos, fue una cosa bien triste...”, 

“Vi a mi hijo que tenía la cara derretida y los ojos bien afectados y no lo volví a ver más. De pronto vi a mis hijas, Patricia y Pamela, que salían arrastrándose por el suelo, desnudas, quemadas y que solo decían: ‘Papi, Papi’. Patricia tenía la espalda en fuego. Me quité el suéter para apagarle el fuego. Mi preocupación era salvar vidas. Todavía no sabía qué le había pasado a mi madre... pero el humo negro no dejaba ver”

“Al bajar de la casa veo a Justino sentado debajo de una palma sin señal de una sola quemadura. Fui a la casa de un vecino para buscar un cuchillo y matarlo, pero lo único pude encontrar fue un cuchillo para pasar mantequilla, lo agarré y caminé en dirección a donde estaba mi hermano, pero los vecinos me detuvieron” 

“La muchacha americana estaba horrible, no tenía piel y el cuerpo y la cara se veía blanca. Pamela estaba fatal y Jesús, era el peor que estaba, la piel parecía chicharrón y los ojos estaban pintados de blanco. Recuerdo que me dijo: ‘Papi busca una ambulancia aérea’. Mi esposa Nereida estaba quemada y la cara deformada, pero no se quejaba”.

El 9 de agosto del 2011 Justino Sánchez se subió al techo de la institución de máxima seguridad en el Complejo Carcelario Las Cucharas en Ponce y amenazó a los guardias diciendo que se iba a suicidar. Justino mantuvo en jaque a las autoridades de la institución por más de 18 horas hasta que accedió a bajarse. 

Unos días mas tarde Justino se comió algo que le causó malestar y tuvo que ser llevado al hospital de Damas en Ponce en donde se le hizo un lavado de estomago y luego fue transportado a psiquiatría correccional.

El de 24 de agosto Justino Sánchez llegó al tribunal quejándose de que tenía dolor de muelas, una erupción en la piel y alegando que en la cárcel no le habían permitido bañarse en cuatro días. También le dijo a la jueza Marta Rosario, del Tribunal de Arecibo, que durante los pasados cuatro días se le había mantenido en calzoncillos en su celda y que no se le había provisto un cambio de calzoncillos limpios y que lo obligaron a ponerse unos zapatos que le apretaban sus pies.

El 29 de agosto Justino comenzó una huelga de hambre por un periodo indeterminado de tiempo. La razón que le dio Justino al departamento de corrección era que simplemente no sentía deseos de comer.

En los días finales del juicio en contra de Justino Sánchez una psiquiatra que sirvió como testigo de la defensa comentó que Justino le dijo que él no pensaba que iba a ser tan salvaje y que días antes de la masacre tenía una voz en su cabeza que le decía “están jugando con fuego y se van a quemar” También le dijo a la doctora que el pensaba que su hermana lo quería envenenar a él y a sus padres.

El 25 de septiembre del 2011 La jueza Marta Rosario encontró culpable a Justino Sánchez de 6 asesinatos en primer grado, de incendio agravado y de otros 7 cargos adicionales de tentativa de asesinato. Se le impuso una pena de 198 años de cárcel.

La defensa de Justino Sánchez apeló la sentencia de 198 años de prisión argumentando nuevamente que su cliente no era procesable al momento de los hechos, sin embargo, el Tribunal de Apelaciones determinó que la acción de Justino Sánchez fue una premeditada ya que él disimuló sus intenciones, se refugió tras el incendio y fue selectivo al responder a las autoridades. Además, el tribunal apelativo determinó que "la evidencia reflejó que él es una persona que ha demostrado capacidad para funcionar adecuadamente". 

Ahora les quiero hablar de algunos de los hechos que ocurrieron luego de la sentencia a Justino Sánchez.

El 17 de julio del 2011 la familia de Kate Donahue se reunió en la Aguja Espacial de Seattle. Ese era el lugar y el día que Kate Donahue y Jesús Sánchez habían escogido para casarse.

El 25 de octubre del 2014 Justino Sánchez fue trasladado al área de atención médica de la Cárcel las Cucharas en Ponce por una supuesta intoxicación. 

El 1ero de abril del 2015 Justino Sánchez fue recluido en el área de intensivo del centro médico de Rio Piedras por una alegada sobredosis de medicamento. 

Sin embargo, el doctor José Rodríguez, director médico en el Complejo Correccional de Ponce, informó que ese día a las 7:55 a.m., atendió a Justino por un “trauma en la cabeza” y determinó que se encontraba estaba en “estado comatoso”.

El 4 de abril del 2015 Justino Sánchez Díaz, el autor de la masacre de año nuevo en el barrio La Maldonado de Florida murió en el Centro Médico de Río Piedras.