Crimepod Puerto Rico

Arocho & Clemente

October 21, 2020 Armando Torres Season 1 Episode 22
Crimepod Puerto Rico
Arocho & Clemente
Crimepod Puerto Rico +
Ayudanos a continuar brindando información de calidad a nuestros oyentes!
Starting at $3/month
Support
Show Notes Transcript

A finales de la década del 1920 en Puerto Rico se prohibió la pena de muerte. Aunque la última ejecución llevada a cabo fue la de Pascual Ramos en septiembre del 1927, unos meses antes  ocurrió una doble ejecución que es la más recordada por los puertorriqueños. Su ejecución es recordada debido a la crueldad de los actos y a la cobertura mediática que tuvo en la época. La ejecución mediante la horca de Carlos Arocho y Jacinto Clemente.

Recuerda seguirnos en Facebook, Twitter e Instagram 

Visita crimepodpr.com para más detalles.


Créditos:

Música de fondo; Rafael Crux (Free PD Music)
Canción; Los Jardineros 'Apiádate de mí' (P. Berríos, M. González)
Audio; Arocho y Clemente (1970) Anthony Felton, Miguel Angel Alvarez

Support the show

Recientemente el tema de la pena de muerte en Puerto Rico ha cobrado relevancia luego de que el tribunal federal de apelaciones en Boston determinara que no se le podía aplicar la pena de muerte a Alexis Candelario, autor de la masacre de la Tómbola en Toa Baja Puerto Rico en la cual murieron 9 personas y cerca de 20 resultaron heridas. Ese caso lo vamos a trabajar en algún momento dado.

Volviendo al tema de la pena de muerte, la prohibición de la pena de muerte en Puerto Rico existe desde que se aprobó la Ley Núm. 42 del 26 de abril de 1929. Esta prohibición fue confirmada en el 1952 cuando se aprobó la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. En el Artículo II, Sección 7 de la Constitución de Puerto Rico se establece que: “No existirá la pena de muerte”. Por esta razón en Puerto Rico cuando una persona comete un asesinato en primer grado es condenada a 99 años de prisión, incluso se le puede dar una condena de 99 años por cada asesinato, pero no se le puede condenar a la pena de muerte. Ahora hay un pequeño problema con esto y es que nuestra condición de territorio o colonia de los Estados Unidos permite que bajo la ley federal un puertorriqueño pueda ser condenado a la pena capital. Hasta el momento ningún puertorriqueño ha sido condenado a la pena de muerte luego de la prohibición en el 1929.

Según relata el libro de Jacobo Córdoba Chirino “Los que murieron en la horca” El último hombre al que se le aplicó la pena de muerte en Puerto Rico se llamaba Pascual Ramos. A Pascual Ramos lo sentenciaron a la pena de muerte por haber asesinado a un mayordomo de la Hacienda Sabater, en el pueblo de Guayama por una disputa laboral. Pascual agarró un machete y le cortó la cabeza al mayordomo.

Pascual fue ejecutado el 15 de septiembre de 1927. Al momento de su ejecución Pascual estaba tan enfermo de sífilis que tuvo que ser asistido para poder subir las escaleras hacia la horca. Se dice que antes de ser colgado recibió la confesión y le pidió al verdugo que lo dejara terminar de orar antes de morir.

La razón por la que he estado hablando de la pena de muerte en Puerto Rico es porque el episodio de hoy se trata de una ejecución que fue prácticamente un espectáculo en aquel momento debido a la gravedad de los actos cometidos por los acusados.

Los hechos del episodio de hoy se remontan a finales de la década del 1920, estamos hablando de hace casi 100 años atrás. 

En esa década el azúcar de caña era el principal producto de exportación de la isla. Apenas unos años atrás, en el 1917 se les había concedido la ciudanía americana a los puertorriqueños nacidos en la isla. Esto se dio en parte a la 1era Guerra Mundial ya que el congreso de los Estados Unidos sabía que Puerto Rico era un punto estratégico, específicamente para proteger el canal de Panamá. Miles de puertorriqueños fueron entrenados para el combate armado y de ahí surgió en el 1920 el regimiento 65 de infantería mejor conocidos como los “Borinqueeners” quienes tuvieron un destacado rol durante la Segunda Guerra Mundial en la década de los 40. 

La década del 20’ termina con la Gran Depresión de 1929. En este contexto histórico es que ocurren los hechos de los cuales les voy a hablar en el episodio de hoy.

Según los periódicos de la época, Guillermina Rodríguez Morales era una inocente niña de 13 años de edad, natural del pueblo de Caguas, que cursaba el quinto grado de escuela elemental y era hija de un agricultor llamado Rafael Rodríguez Martínez y de una ama de casa llamada Claudina Morales Montañez. 

El 20 de febrero de 1924, Guillermina, luego de almorzar en su casa como de costumbre, se dirigió nuevamente hacia la escuela. Guillermina siempre regresaba a su casa luego de salir de la escuela a eso de las 4:00pm, pero ese día Guillermina nunca regresó. Su padre sumamente preocupado caminó hasta la escuela para buscar a su niña, pero al llegar le informaron que la Guillermina no había regresado a clases esa tarde luego del almuerzo. 

A partir de ese momento el padre de Guillermina comenzó a buscarla por los alrededores de la ruta que ella tomaba diariamente hacia la escuela. La buscó por todos lados incluyendo dentro de los cañaverales que había en el área, pero esa tarde y noche Don Rafael no tuvo suerte.

Al otro día tan pronto salió la luz del sol y sin haber podido dormir Don Rafael y sus hijos reiniciaron la búsqueda de Guillermina. Lamentablemente esa mañana los hermanos de la niña encontraron su golpeado y ultrajado cuerpo tirado en un cañaveral del sector Cepero en el barrio Sabana Llana, entre los pueblos de Rio Piedras y Trujillo Alto. Según certificó el Dr. Luis Pereira Leal en la autopsia que le realizó a la niña Guillermina, esta murió de asfixia por estrangulación. Según se desprende de la investigación realizada Guillermina fue ahorcada con su mismo cinturón para evitar que gritara mientras era violada. 

Aunque se desconocen muchos detalles del ataque en contra de la niña, se sabe que los asesinos de Guillermina, luego de cometer el acto trataron con mucha prisa de enterrar su cuerpo, pero solo les dio tiempo de esconderlo en el cañaveral con el propósito de regresar más tarde a enterrarlo ya que tenían miedo de llamar la atención de las personas que pasaban por esa ruta.

Al comenzar la investigación los vecinos del barrio le indicaron a la policía que habían visto a Jacinto Clemente merodeando por el lugar de los hechos. Jacinto Clemente Echevarría nació en Rio Piedras, Puerto Rico en el año 1900. Se dice que Clemente había tenido incidentes previos de acoso a mujeres, incluso una mujer logró escapar de Clemente en una ocasión en la que él trató de secuestrarla quizás con el propósito de violarla. Jacinto Clemente quien nació en Rio Piedras Puerto Rico en el año 1900 tenía 24 años para ese entonces, estaba casado desde el 1921 con una mujer llamada Rosa Febres Córdova y trabajaba como jornalero en la caña. 

Clemente fue arrestado e interrogado intensamente por la policía y luego de algún tiempo al sentirse acorralado por sus mismas contradicciones, confesó el crimen y a su vez señalo a Carlos Arocho como su cómplice y coautor del delito. 

Carlos Arocho Guzmán nació en el pueblo de Ciales, Puerto Rico el 29 de agosto de 1904, 

tenía 20 años de edad al momento de los hechos y al igual que Clemente era obrero de la caña.

El proceso judicial contra Arocho y Clemente recibió amplia cobertura de la prensa de la época y despertó el interés del público general ya que se trataba de un horrible crimen que no era común en esos tiempos. Esto generó una indignación en el pueblo de Puerto Rico, la gente reclamaba que se hiciera justicia

Arocho y Clemente fueron juzgados, declarados culpables y sentenciados a morir en la horca. La defensa de los acusados apeló la sentencia de pena de muerte, pero la corte suprema de los Estados Unidos confirmó la sentencia. La ejecución fue pautada para la madrugada del 20 de julio de 1927. En el lugar de la ejecución había un grupo de periodistas e invitados mientras que en las afueras había una multitud indignada que quería presenciar la ejecución a tal grado que llegaron a romper la verja del presidio. 

Carlos Arocho y Jacinto Clemente fueron ejecutados en el patio interior de la cárcel La Princesa en el Viejo San Juan. La ejecución de Arocho y Clemente una de las últimas realizadas en la isla.

Bueno, hasta aquí el episodio de hoy. Recuerda que puedes contactarnos a través de crimepodpr.com, síguenos en Facebook, Instagram y Twitter como Crimepod PR en donde estaremos subiendo contenido relacionado a los temas con los que vamos a estar trabajando y sobre noticias de casos criminales principalmente. Recuerda también suscribirte a este podcast en tu aplicación favorita para podcasts y compartirlo con las personas que conoces.

También puedes apoyarnos a través de patreon.com/crimepodpr en donde vas a tener acceso al contenido que utilizamos para poder hacer las investigaciones, como por ejemplo documentos, enlaces, fotos adicionales a las que subimos en las redes, videos, análisis de los casos, entre otras cosas que vamos a estar añadiendo poco a poco. 

¡Muchas gracias y hasta la próxima semana!